-Vengo por lo del anuncio, señora.
-Bien-dice la jefe de personal-. Siéntese. ¿Cómo se llama usted?
-Bernardo...
-¿Señor o Señorito?
-Señor.
-Deme su nombre completo.
-Bernardo Delgado, señor de Pérez.
-Debo decirle, señor de Pérez que, actualmente, a nuestra dirección no le gusta emplear varones casados. En el departamento de la señora Moreno, para el cual nosotros contratamos al personal, hay varias personas de baja por paternidad. Es legítimo que las parejas jóvenes deseen tener niños -nuestra empresa, que fabrica ropa de bebé, les anima a tener hijos-, pero el absentismo de los futuros padres y de los padres jóvenes constituye un duro handicap para la marcha de un negocio.
-Lo comprendo, señora, pero ya tenemos dos niños y no quiero más. Además...(El señor de Perez se ruboriza y habla en voz baja) ...tomo la píldora.
-Bien, en ese caso sigamos. ¿Qué estudios tiene usted?
-Tengo el certificado escolar y el primer grado de formación profesional de administrativo. Me habría gustado terminar el bachillerato, pero en mi família éramos cuatro y mis padres dieron prioridad a las chicas, lo que es muy normal. Tengo una hermana coronela y otra mecánica.
-¿En qué ha trabajado usted últimamente?
-Básicamente he hecho sustituciones, ya que me permitía ocuparme de los niños mientras eran pequeños.
-¿Qué profesión desempeña su esposa?
-Es jefa de obras de una empresa de construcciones metálicas. Pero está estudiando Ingeniería, ya que en un futuro tendrá que sustituir a su madre, que es la que creó el negocio.
-Volviendo a usted. ¿Cuáles son sus pretensiones?
-Pues... La entrevistadora no le deja tiempo para reflexionar: -Evidentemente con un puesto de trabajo como el de su esposa y con sus perspectivas
de futuro, usted deseará un sueldo de complemento. Unos duros para gastos personales, como todo varón desea tener, para sus caprichos, sus trajes. Le ofrecemos
800 € mensuales para empezar, una paga extra y una prima de asiduidad. Fíjese en este punto, señor de Pérez, la asiduidad es absolutamente indispensable en todos
los puestos. Ha sido necesario que nuestra directora crease esta prima para animar al
personal a no faltar por tonterías. Hemos conseguido disminuir el absentismo masculino a la mitad; sin embargo, hay señores que faltan con el pretexto de que el niño tose o que hay una huelga en la escuela.
¿Cuántos años tienen sus hijos?
-La niña seis y el niño cuatro. Los dos van a clase y los recojo por la tarde cuando
salgo del trabajo, antes de hacer la compra.
-Y si se ponen enfermos, ¿tiene usted algo previsto?
-Su abuelo puede cuidarlos. Vive cerca.
-Muy bien, gracias, señor de Pérez. Ya le comunicaremos nuestra respuesta dentro
de unos días.
El señor de Pérez salió de la oficina lleno de esperanza. La jefa de personal se fijó en él al marcharse. Tenia las piernas cortas, la espalda un poco encorvada y apenas tenía cabello. "La señora Moreno detesta los calvos", recordó la responsable de la contratación.
Y, además, le había dicho: "Más bien uno alto, rubio, con buena presencia y soltero".
Y la señora Moreno será la directora del grupo el año próximo.
Bernardo Delgado, señor de Pérez, recibió tres días más tarde una carta que
empezaba diciendo: "Lamentamos...".
France de Lagarde
(Texto original de LE MONDE, 28-29 septiembre 1975
recogido por Enriqueta García y Aguas Vivas Català)
Preguntas que planteamos al alumnado a raíz de esta ficha:
1.¿ Qué te choca de la entrevista?
2.¿Qué situaciones ves claramente discriminatorias para la persona entrevistada? ¿Por qué es finalmente rechazada la persona para el puesto de trabajo?
3.¿Cuál sería tu reacción ante determinadas preguntas de la entrevistadora?
4.¿Piensas que se le exigiría lo mismo a un hombre o a una mujer para acceder al puesto de trabajo solicitado?
5.¿En qué situaciones o contextos laborales verías con más lógica que la entrevistadora fuera mujer?¿Y por qué crees que frecuentemente siguen siendo hombres?
6.¿Crees que esta situación podría darse realmente?
7.¿Qué opinión te merece la decisión final de la entrevistadora?
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